¿Por qué siempre que conocemos a alguien le preguntamos de dónde es? ¿Qué tan importante es esa pregunta como para hacerla en los primeros diez minutos de una conversación? Y no es porque yo tenga algún tipo de problema en reconocer de donde vengo, y mucho menos me avergüenzo de mis raíces. Pero, ¿en verdad para conocer a una persona es importante saber de dónde es? Qué pasa ¿qué si soy de X parte del mundo tengo que ser de una forma determinada? Por ejemplo, si soy colombiana tengo que hablar con parce , ser fan de James Rodriguez o traficar cocaína; o si soy española me tiene que encantar la fiesta, las corridas de toro y he de saber cocinar paella; o si soy china tengo que comer arroz todo el día y hablar con la L... Las personas no podemos venir y clasificar a las personas por su país natal, porque no todos los españoles aman las corridas de toros, no todos los colombianos hablan con parce y no todos los chinos hablan con la L. ¿No nos damos cuenta de que cada vez
... La playa, fabuloso lugar en el que me siento a reflexionar sobre la vida, y ver como esta se nos pasa entre hora y hora y segundo a segundo ... Y no sólo a mí me ocurre esto, si no también a todas estas personas que pasean tranquilamente, alejándose de sus vidas rutinarias y probablemente aburridas, disfrutando de este preciso momento con la persona o el perrito que les acompaña. Veo como sus caras se centran en caminar y reflexionar sobre aquellas cosas que les preocupan, o simplemente disfrutando del momento, y que al igual que yo, se olvidan de que más allá de esta playa está la horrible rutina que nos atormenta a todos. Pero mientras me olvido de todo lo ajeno al lugar en el que me encuentro, me paro a contemplar como la vida se nos pasa ante nuestros propios ojos y nosotros aquí sentados sin poder hacer nada para detenerla, porque por desgracia no tenemos el poder de detener el tiempo y aprovechar la ocasión para quedarnos varios minutos observando la sonrisa de la